“Soy lector beta y me ofrezco para…”: si te tropezaste con esa oferta en tus búsquedas, es muy probable que estés rastreando a alguien para que opine sobre tu manuscrito. Y, la verdad, no puede ser cualquier persona.

Debe ser, ciertamente, un lector beta; es decir, un experto que se presta a leer todo tu manuscrito para darte una evaluación de calidad, sin las pasiones de un amigo o familiar que te diga: “te quedó bien, está bonito”.

Reconoce a un lector beta

Un lector beta, también llamado lector cero, lectores de prueba, betareaders, pre-reader (pre-lector), o, simplemente beta es un usuario activo de la palabra como lector crítico de obras escritas.

Los lectores beta en sus inicios se dedicaron al género ficción, pero hoy en día tienen mayor alcance, tratando los géneros de: terror, romántico, de horror, erótico, infantiles, entre otras. Lee todo lo que le asignen, y mejor, si es de su especialidad.

El término “beta” es propio de la industria informática, que, haciendo un paralelo en la industria editorial, significan lo mismo: hace referencia a las obras internas que están en proceso (o curso), sometidas a chequeo (testadas) y que todavía no se comercializan.

Propósito de un lector beta

El propósito del beta reader es aportar, desde su óptica crítica, con su opinión, las mejoras que deben realizarse a los textos que componen la obra que acabas de escribir, es decir, perfeccionar tu manuscrito.

Estas observaciones del lector beta sirven para hacer las correcciones que deben realizarse a nivel de ortografía, gramática, caracterización o descripción de la narrativa y sus personajes, fluidez en su lectura, coherencia en el drama y los tiempos, entre otros aspectos, antes de que esté en las manos y ojos del público lector, e inclusive, de los mismos correctores y editores formales.

En la práctica, un lector beta ejerce la función de ayudar al escritor antes de que su manuscrito llegue a la fase de edición. De esta forma, mejora tu obra antes de la última versión.

No todo lector es un lector beta: búscate un experto

Lamentablemente, no todo aquel al que le entregas tu manuscrito es un lector beta que realmente te ayuda. Puede que tenga experiencia como lector y usuario de la palabra escrita, algo muy básico. Inclusive, que haya corregido obras antes.

Sin embargo, es posible que no conozca del género que estás tratando en tu obra, que no tenga la preparación y formación necesaria para dar de manera objetiva, una opinión sobre la historia que presentas. Y, si te da comentarios erróneos y los pones en práctica, tus textos podrían empeorar acabando totalmente con la esencia de tu libro.

Ante tal hecho, debes colocar tu manuscrito a quien sepa de lo que estás presentando; que tenga las características de tu lector ideal, y te indique a modo de retroalimentación, si le gustaron los personajes, dónde y cuáles errores existen, si el mensaje de la narración se entiende, si la historia le atrapó o no desde el principio.

Las tarifas de lector beta

El costo de inversión en un lector beta profesional va a depender, primero, de su formación y años de experiencia. Y, segundo, del tamaño y complejidad del texto que le corresponde leer. Recuerda lo que hace: un análisis completo, exhaustivo, en donde indicará las condiciones y criterios que debe cumplir tu manuscrito. Y, a ese nivel de exigencia, cuya premisa es la calidad, no cualquiera puede hacerlo.

Así que, lo más recomendable ante la realidad que se presenta, y procurando conservar la esencia de lo que deseas transmitir con tu escrito, es mejor que contrates un lector beta profesional para que elabore un informe de lectura, donde obtendrás la evaluación de calidad que tu manuscrito requiere.

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