Uno de los mejores compositores del siglo XX, Benjamin Britten, expresó ingeniosamente: «Aprender es como remar contra corriente: en cuanto se deja, se retrocede». Hoy día es muy pertinente esta frase; el conocimiento se renueva a pasos acelerados y si no accedes a ellos, será más difícil que hagas frente a los retos por venir.

 Pero al alcanzar cierta madurez y al adoptar los ritmos de la vida adulta, borras de tu lista de intereses las academias y universidades. Esto no debe quitarte el entusiasmo por aprender, pues existen otras alternativas y la más efectiva es recurrir a profesores particulares.

 Hay un flujo incesante de recursos «educativos» y resulta abrumador para quienes quieren aprovecharlos, ya que no cuentan con las herramientas para filtrar los contenidos de calidad de la basura digital. Sin embargo, hay profesionales muy especializados que están al día con los avances en sus campos y seleccionan los mejores materiales para enseñar a otros usuarios. ¡Aprovecha su disposición para transmitir lo que saben!

 No importa qué edad tengas, tener un mentor puede tener beneficios invaluables en tu desarrollo profesional y para alcanzar tus metas personales. ¿Qué te está deteniendo para escribir el libro de tu vida? No es la falta de ideas, sino la inseguridad de no estar preparado para plasmarlas en palabras. No te frustres, mejor invierte en clases de redacción con profesores que dominen el arte de la escritura creativa.

 La ventaja definitiva de las clases particulares es que se desarrollan con atención personalizada. A diferencia de las escuelas tradicionales, tú no tendrás que forzarte a seguir un plan de estudios que no responde a tus necesidades… sino buscarás esforzarte por superar obstáculos y desarrollar habilidades acordes con tus estilos de aprendizaje y motivaciones personales.

 ¡Hay cosas que no puedes aprender solo! Avanza con la confianza de tener a un experto de tu lado, comprometido con tu formación. El profesor particular es más que un expositor o un youtuber, es alguien con quien puedes interactuar, que escuchará tus dudas, revisará tu progreso y te dará retroalimentación para mejorar. 

 La metodología de esta forma de enseñanza también es más flexible. Tienes el poder de decidir qué aprendes, con quién lo haces, cómo y en qué tiempo. Si te gustaría hacer crítica literaria para un periódico, por ejemplo, te convendrá más recibir durante ocho meses preparación de un profesor particular, que cursar un posgrado en literatura. De esta manera no perderías tiempo estudiando temas solo por aprobar, verías los resultados que deseas en un periodo razonable y por menor coste. 

 Así que, si quieres desarrollar habilidades para aumentar tu productividad o tu satisfacción personal, ¡empieza a aprender hoy mismo! Recuerda que las clases particulares te brindarán ventajas que no tienen otras alternativas: atención personalizada y flexibilidad.

 En Crear y Corregir nos obsesiona la educación de calidad, por eso te conectamos con los mejores profesores particulares que te ayudarán a alcanzar tus propósitos. ¡Pregunta por nuestra oferta completa de clases!